La
miel, además de ser un alimento nutritivo, es un
antiséptico natural conocido desde hace siglos como antiinflamatorio y antiséptico natural para tratar heridas, quemaduras...pues bien, en pleno siglo XXI donde las farmacéuticas desarrollan cientos de nuevos antibióticos cada año, investigadores de la
Universidad de Southampton han descubierto una nueva aplicación de este fármaco natural frente a las
infecciones bacterianas.
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Miel, el nuevo antiséptico
Actualmente, en el ámbito hospitalario uno de los principales problemas de emplear componentes plásticos es que las bacterias tienden a desarrollarse sobre él, dando lugar a lo comúnmente se conoce como biofilm. Este hecho adquiere una especial relevancia en el caso del empleo de catéteres, como los urinarios, donde la proliferación de estos microorganismos (E. Coli y Proteus mirabilis) tiene lugar con gran facilidad. Los resultados publicados por este grupo de investigadores han demostrado que el empleo de disoluciones de miel en agua destilada resulta eficaz para evitar el desarrollo de biofilms hasta en un 70% en este tipo de dispositivos plásticos. Considerando que en el mundo se venden cada año más de 100 millones de catéteres y que éste es un vector para las infecciones, los resultados del estudio deben, cuanto menos, ser tenidos en cuenta como posible línea de investigación a desarrollar de cara al futuro.
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Aunque los resultados son preliminares y hay que tomarlos con cautela, sí que resultan prometedores y demuestran que si bien los medicamentos naturales actualmente no son la solución para todos los males, sí que son una fuente de inspiración para el desarrollo de nuevos fármacos más efectivos y con menos efectos secundarios para la salud de los pacientes.
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