26 diciembre 2015

Los malos humos del gigante

Las últimas semanas se han disparado las alarmas en medio mundo a causa de los niveles de contaminación atmosférica en China. Los valores de los principales indicadores de contaminación atmosférica están muy por encima de los niveles máximos aconsejados por la OMS.

Directrices de la OMS sobre la Calidad del Aire 
Los ciudadanos chinos de las principales ciudades chinas se han despertado estos días con una niebla persistente que ha reducido la visibilidad a tan sólo unos metros. En concreto, el día 25 de Diciembre un cielo de color rosa cubrió algunas ciudades del país. Más allá de una bonita estampa navideña, el color se debe al paso de la luz del sol a través de la densa capa de smog que cubre las ciudades. De hecho, es gobierno del país oriental ha aconsejado a sus ciudadanos no salir de casa si no es imprescindible. Este inusual aumento de la contaminación   atmosférica se debe a diversas causas: por un lado, el frío invierno que ha embestido este año el país se ha adelantado y ha producido un consumo inusualmente elevado de las calefacciones, lo que ha derivado en un pico del consumo de carbón, y en consecuencia, de las emisiones de GEI, y por otro lado, las precipitaciones se han reducido considerablemente, lo que no ha ayudado a la reducción de la concentración de partículas en suspensión.


Índice de la Calidad del Aire (ICA) de Pekín (25/12/15)

La concentración de material particulado (PM, siglas en inglés) en la capital ha superado las 500 ppm en los últimos días, llegando a la calificación de “peligrosa”, lo que supone graves efectos para la salud de la población., siendo una de las principales causas de desarrollo de enfermedades respiratorias, así como de cáncer de pulmón. De hecho, las proyecciones de la OMS prevén que el gigante asiático podría sufrir cerca millones de muertes  en la próxima década, llegando a convertiré en la principal causa de mortalidad, si no toma medidas que mejoren los niveles de calidad del aire.




Sin embargo,  a pesar de todo esto, el gigante asiático, lejos de desarrollar políticas verdes,  opta por seguir usando carbón como la principal fuente de energía, por lo que parece estar más preocupado por el crecimiento económico del país que por su comportamiento deplorable hacia el medio ambiente y de los efectos que éste pueda causar sobre la salud de sus habitantes.

A esto hay que añadir el hecho que los niveles de contaminación atmosférica han supuesto una fuerte pérdida económica, derivada de la cancelación de más de 100 vuelos en todo el país, así como el cierre de gran número de autopistas.  
Por ello, no es de extrañar que en los próximos días veamos como el país de la seda bombardea las nubes con yoduro de plata para provocar, de forma artificial, la tan anhelada lluvia.

Plaza Tiananmen, Diciembre 2015.

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