El Gran Colisionador de Hadrones (Large Hadron Collider por sus siglas en inglés) es la mayor y más costosa estructura jamás creada por el hombre y destinada a la investigación de la física nuclear. Gracias a este acelerador de partículas, en el que los protones son hechos colisionar a velocidades próximas a las de la luz, se han podido realizar descubrimientos de la magnitud de al confirmación de la existencia del bosón de Higgs.
Imagen del LHC (Fuente: La Vanguardia. Foto de Martial Trezzini/AP) |
Esta megaestructura de 27 Km de circunferencia, en la que participan más de 2000 físicos de 34 países y cientos de universidades y laboratorios, sufrió el pasado viernes un ataque inesperado, ¿un hacker, un terrorista quizás?. No, una comadreja. El mamífero, que mordisqueó los cables del sistema eléctrico quedando carbonizado al instante, provocó una avería en el CERN que, según declaraciones de los científicos, tardará al menos dos semanas en ser resuelta, retrasando de este modo toda la batería de experimentos programados en dicho período.
Lo más extraño de la historia, más allá de la casuística del incidente con un animal salvaje, algo que después de todo no es de extrañar puesto que el CERN se haya a las afueras de Ginebra rodeado de campo, es que no es la primera vez que el LHC se detiene por un incidente de este tipo, pues en 2009 ocurrió lo mismo cuando un trozo de pan procedente de un pájaro cayó sobre los sistemas eléctricos.
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