15 enero 2016

La Torre del Amazonas

La selva amazónica además de constituir uno de las principales reservas de la biosfera, actúa como reguladora del clima, influyendo sobre el transporte de agua y calor hacia zonas de latitudes más elevadas. El pasado verano se inauguró en la reserva ecológica de Uatumá a unos 150 Km de la brasileña ciudad de Manaos, el Observatorio de Torre Alta del Amazonas (ATTO, por sus siglas en inglés).


El proyecto, en el que toman parte Alemania y Brasil, ha costado 3.5 millones de euros y comenzará a funcionar a principios del próximo año. Esta colosal torre de 325 m de altura se erige en mitad de la selva amazónica con la finalidad de estudiar el intercambio de gases entre la selva tropical más grande del planeta y la atmósfera. Debido a su altura, la torre permitirá investigar la circulación de masas de aire y las posibles alteraciones de las mismas. La torre proporcionará a los científicos valiosa información sobre la variación de concentración no sólo de CO2 (dióxido de carbono), sino también otros de los principales gases de efecto invernadero como O3 (ozono) y CH4 (metano), así como de partículas en suspensión. Durante los 30 años de vida de la antena los resultados obtenidos permitirán a los investigadores entender mejor el cambio climático, así como los efectos del éste sobre la selva. Los datos recopilados a lo largo de las próximas tres décadas serán incluidos en los modelos de predicción del desarrollo del clima.

La mejor comprensión del funcionamiento de este delicado equilibrio físico-químico permitirá a los gobiernos actuar, en las próximas décadas, de forma responsable y tomar las decisiones oportunas en cuanto al clima se refiere.


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