27 septiembre 2016

Barriles tóxicos contaminan Groenlandia

En mi último post mostré optimista ante la iniciativa del presidente Obama de anunciar la creación de la primera área protegida del Atlántico Norte, pensé "por fin EE.UU. se está concienciando del cambio climático". Lamentablemente no fue más que otra "americanada" típica con la que ocupar las titulares. Hoy mismo me indignaba al ver cómo en Groenlandia, otro paraje natural sin parangón y crítico a nivel medioambiental, eran fotografiados, gracias al fotógrafo estadounidense Ken Bower, miles de barriles de una base estadounidense abandonada hace más de medio siglo atrás, junto con otro montón de chatarra, vehículos oxidados y armamento militar obsoleto. Los miles de litros de combustible que aún quedan en la zona, junto con las toneladas de residuos metálicos y sustancias químicas, todos ellos potencialmente cancerígenos, son susceptibles de contaminar las agua freáticas y los suelos, llegando en última instancia al ser humano, no sin antes haber perjudicado la fauna y la flora de los ecosistemas de la zona. 

Miles de barriles tóxicos de una base americana, Groenlandia. (Fuente: Ken Bower)

A pesar de las más de 35.000 firmas recogidas tras la petición del fotógrafo en Change.org para la retirada de los mismos, el gobierno estadounidense hizo caso omiso a la misma, escudándose en una cláusula de acuerdo firmado con Dinamarca en 1953 según la cual "Washington no tiene la obligación de devolver el área ocupada en el mismo estado en el que le fue entregada".

Dejando al margen la "tempistica" burocrática resulta cuanto menos incoherente por parte de EE.UU. promulgar e instar al resto de naciones a la creación de nuevas áreas protegidas cuando su propio gobierno no es capaz de restaurar los daños medio ambientales ocasionados a un área actualmente protegida como es la de Groenlandia. 

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