Situada a 400 km al norte del Círculo Polar Ártico podemos encontrar la ciudad de Norilsk, donde el aire huele a azufre, los árboles están quemados a causa de la lluvia ácida, la nieve es negra y los ríos se tiñen de un rojo arterial. Esta ciudad, clasificada como una de las peores del mundo donde poder vivir y con un paisaje más propio del las tierras de Mordor, saltó la pasada semana a los titulares de todos los periódicos cuando las aguas del río Yansei, una de los mayores de Asia, amanecieron teñidas de rojo.
Río Yansei a su paso por Norilsk y principales sede de NN en el mundo (abajo dcha) |
Más allá de las semejanzas con superproducciones cinematográficas y profecías bíblicas el tema es muy serio: tras las abundantes aguas precipitaciones de inicios de mes, las aguas de uno de los diques de la empresa metalúrgica Norilsk Nickel (NN), la mayor productora mundial de Níquel, se desbordaron, yendo a parar a las aguas del río.
Aunque la empresa asegura que el color rojo se debe a sales de hierro (sulfuro férrico) y que no existe peligro medioambiental, lo cierto es que las actividades mineras se emplean compuestos muy tóxicos para llevar a cabo las extracciones y purificaciones de metales como cobre, níquel o plomo, entre los que destacan el cianuro o el glioximato que, casualmente dan lugar a compuestos de color rojo.
A lo anterior hay que añadir que, aunque las aguas del río no se empleen para consumo humano, sí se han acidificado, por lo que en el futuro se verán afectados diversos organismos animales y vegetales como consecuencia de problemas asociados a la bioacumulación y biomagnificación, dando lugar a una progresiva e irremediable pérdida de biodiversidad.
¿Cuánto tiempo más podrán sobrevivir los 100 mil habitantes de Norilsk, cuya esperanza media de vida es inferior a 50 años, si sus dirigentes no cambias las políticas medioambientales de la zona?
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