Cuando escuchamos Nueva York todos pensamos en la ciudad cosmopolita de las películas, ruidosa, peligrosa, en el centro de negocios que mueve la economía mundial. Sin embargo, Nueva York es mucho más que todo eso, y una vez más ha demostrado ser una de las ciudades más vanguardistas del mundo.
Foto de The Lowline Lab.(Fuente: thelowline.org) |
El proyecto Lowline Lab pretende convertir una antigua estación subterránea en un vergel, será el parque subterráneo más grande del mundo. El proyecto piloto, que ha costado 200.000 dólares y que se puede visitar, ya está en marcha y emplea unas 3.000 especies diferentes de plantas. El proyecto final, impulsado por los arquitectos James Ramsey y Dan Barasch, verá la luz en 2020 y supondrá la recaudación de 70 millones de dólares mediante una campaña de crowfounding.
Esta es un ejemplo de como convertir espacios en desuso en zonas verdes económica y ecológicamente sostenibles, que aportan un beneficio tanto a la sociedad como al medioambiente.
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