23 octubre 2016

La OMS propone un impuesto sobre el azúcar

A todos nos gusta llenarnos la boca y presumir de nuestra "dieta mediterránea", sin embargo, la realidad es que los hábitos alimentarios de la sociedad actual distan mucho de aquellos de nuestros padres y abuelos. La sociedad actual se ha vuelto perezosa y sedentaria, hábitos inducidos en gran medida por la comodidad de la tecnología. La alimentación no se escapa a esto; comida precocinada, al microondas, aditivos, edulcorantes, potenciadores del sabor, todo para  que comamos comida "sabrosa" pero poco nutritiva, mas perjudicial que sana.

Uno de los principales problemas de las sociedades occidentales es el creciente número de casos de obesidad en la última década. Además del empeoramiento generalizado de la salud de la población, lo cual se ve reflejado en el aumento de los casos de infarto, diabetes y multitud de enfermedades cardíacas, la obesidad afecta en gran medida a los gastos en sanidad, mermando las arcas del estado. 

El azúcar como causa de diabetes y obesidad
La OMS insta a los países a reducir el consumo de azúcar. Fuente: OMS
En los últimos años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado varios informes a este respecto, aconsejando a la población a reducir al ingesta de azúcares refinados, presentes sobretodo en refrescos y bollería. En su último comunicado, la OMS aconseja una ingesta diaria de 50 g de azúcar (sacáridos en cualquiera de sus formas), reduciéndose a 35 g en el caso de los niños. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que este valor se duplica en sociedades europeas. 
El azúcar aporta calorías y reduce el hambre, alterando gravemente el equilibrio nutricional del individuo, efecto que resulta más pernicioso en el caso de los jóvenes.

Actualmente un tercio de la población mundial tiene problemas de obesidad, siendo un problema crónico en países como EE.UU. donde más cerca del 70% de la población es obesa. España con cerca del 20% de población obesa no está tan grave como EE.UU., pero sale mal parada si la comparamos con sus socios europeos del norte, donde esta cifra se reduce a menos de la mitad.

La última medida propuesta por la OMS ha sido la de imponer un impuesto del 20% sobre los refrescos, algo similar a lo que ya ocurre con productos como el tabaco o el alcohol con los que se ha logrado reducir su consumo. Esta medida, con la que se pretende salvar vidas, ya ha sido aplicada con éxito en otros países donde la obesidad y la diabetes de tipo II también eran una lacra. Sin embargo, la propuesta no es vinculante y dependerá de cada Estado. Las multinacionales, por su parte, tras fracasar en el intento de silenciar a lar organizaciones sanitarias y científicas a golpe de talonario, han realizado campañas de lavado de imagen en las que prometen bebidas más saludables. 


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